El Mural de los Poblanos celebra el 5 de mayo con mole y memoria

El artista plástico y pintor Joel Rendón, develó su más reciente obra titulada “Glorioso Cinco de Mayo”, que a partir de este miércoles luce en uno de los principales salones del restaurante Mural de los Poblanos, como un homenaje a la célebre Batalla de Puebla de 1862. Araceli Calva La obra, inspirada en los relatos y símbolos de aquella gesta histórica, retrata escenas heroicas que se desarrollan entre paisajes icónicos del estado de Puebla, como la Catedral, la pirámide de Cholula y los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. En el corazón de la composición, el Cerro de Loreto cobra vida como un estallido de energía, mientras que el general Ignacio Zaragoza aparece con los tonos azules de la talavera poblana; un ángel y un diablo sostienen una manta con la leyenda “Glorioso 5 de Mayo”. También un águila emerge altiva como símbolo del espíritu que unió a cientos de combatientes indígenas llegados desde la Sierra Norte para integrar el Sexto Batallón. “Traté de visualizar lo que fue la Batalla de Puebla, porque no hay fotografías, solo relatos…”, dijo el artista durante la develación. Como parte de esta celebración, el restaurante dio inicio al Festival de los Moles San Pascual Bailón, que en su tercera edición honra al mole como uno de los grandes estandartes de la cocina mexicana. Este año, el festival rinde un merecido homenaje a la chef María Elena Lugo Zermeño, fundadora del icónico restaurante Nicos, en la Ciudad de México, por su inquebrantable labor de más de seis décadas en favor de la preservación del patrimonio culinario nacional. La fiesta de sabores se enriquece con la participación de cocineros y cocineras provenientes de distintas regiones del país, como el chef Luis Arellano, de Oaxaca; la cocinera tradicional Agustina López, originaria de la Mixteca Poblana; el chef Juan Emilio Villaseñor, con su mole de cecina de Guanajuato; y Victoria Serrano, cocinera de Cholula, quien comparte su emblemática receta de mole poblano. Cada uno de ellos aporta una visión personal, arraigada en el respeto por las tradiciones indígenas, el uso responsable de los ingredientes de temporada y la investigación continua de técnicas sostenibles. El Festival estará vigente hasta el 26 de mayo, ofreciendo a los comensales una experiencia sensorial que honra tanto el legado histórico de Puebla como la riqueza de su cocina. Para acompañar cada uno de los platos, se ofreció una vasta variedad de vinos, mezcales y pulque, que le dieron su toque especial a cada plato. Así, entre pinceladas de memoria y cucharadas de identidad, el Mural de los Poblanos reafirma su vocación: ser un espacio donde el arte y el sabor se funden para contar la historia de México.
Chefs de Puerto Vallarta Conquistan Tehuamixtle con Ostiones de Autor

La costa de Jalisco brilló con el Festival del Ostión 2025 en Tehuamixtle, donde chefs de Puerto Vallarta reinterpretan este manjar marino frente al Pacífico. Sabores únicos, comunidad pesquera y toneladas de ostiones se unieron en una experiencia inolvidable. Patricia Ortega La brisa del Pacífico, el crujido de la leña y el inconfundible aroma a mar marcaron la quinta edición del Festival del Ostión en Tehuamixtle, un rincón pesquero del municipio de Cabo Corrientes, Jalisco. En este evento, ya referente gastronómico del occidente mexicano, convergen talento culinario, tradición costera y pasión por uno de los manjares más nobles del océano: el ostión. La cocina de autor Este 2025, el festival reunió a un grupo de chefs consagrados de la Bahía de Banderas, quienes ofrecieron creaciones originales con ostión como protagonista. Guillermo Wulff (Barrio Bistró), Polo Cortés, Hugo Chávez (Azul) y Alan Olvera, especializado en catering náutico, fueron los encargados de transformar parte de las dos toneladas de ostión recolectadas por los pescadores locales en platillos únicos. El chef Wulff presentó un ostión estilo vallarta, envuelto en hoja de nori y bañado con una mezcla de sal, maracuyá, mostaza Dijon, soya, clamato y chile de Tapachula. “Este plato es exclusivo para el festival, no está en mi restaurante. Es un homenaje a esta costa que tanto quiero”, compartió el chef, quien también ofreció raicilla de su propia producción, el destilado jalisciense que ya es parte esencial de esta celebración. La bahía como inspiración El chef Alan Olvera, por su parte, ofreció ostiones con tres salsas distintas: una tatemada con seis chiles, un chimichurri y una versión de salsa macha sin cacahuate, adaptada al entorno marino. Su presentación, sobre arena y concha, evocaba la salida del molusco desde el océano. “Nuestra idea es mantenernos fieles a los sabores de la bahía, pero sin repetir fórmulas. Innovamos sin olvidar lo esencial”, explicó Olvera, quien además subrayó su compromiso con la pesca sustentable. Polo Cortés aportó ostiones zarandeados, cocidos a la leña con ajo, limón y especias, rescatando métodos tradicionales con un toque fusión. “Me gusta crear sin ser ordinario”, dijo, reafirmando su pasión por la cocina con identidad. Ostión: del mar a la comunidad El ostión de Tehuamixtle se distingue por su tamaño y sabor, resultado de las condiciones naturales de sus bancos marinos. De las cinco especies nacionales, japonés, americano, de oca, de mangle y Crassostrea corteziensis (de placer), esta última es la que reina en la costa jalisciense. Su perfil nutricional, con alto contenido de proteínas y omega 3, lo convierte en un superalimento marino. Este festival no solo es una plataforma gastronómica, también es una celebración del trabajo comunitario. Los pescadores locales recolectan durante semanas toneladas de ostión que se obsequian gratuitamente durante el evento. “Aquí hay corazón. Aquí venimos a disfrutar, pero también a apoyar lo nuestro”, resaltó el chef Memo Wulff, recordando el lazo afectivo que lo une al pueblo, donde descansan las cenizas de su abuela. La joya del Pacífico: Tehuamixtle Ubicado a unos 100 kilómetros al sur de Puerto Vallarta, Tehuamixtle es un paraíso oculto al que se llega por carretera, vía El Tuito, en un viaje de aproximadamente tres horas. Sus aguas cristalinas y su gente hospitalaria lo convierten en el escenario perfecto para esta fiesta del sabor. Una subasta con sabor a récord Uno de los momentos más esperados del festival fue la subasta del ostión más grande. En ediciones anteriores se han presentado ejemplares de hasta 1.8 kilos, compitiendo no solo por su tamaño, sino por el orgullo de la comunidad. Esta dinámica impulsa la conservación de los bancos naturales y pone en valor la riqueza del ecosistema marino local.
Valencia, un destino gastronómico que celebra el sabor mediterráneo

Visit València lanza “La despensa mediterránea”, una campaña que invita a saborear la ciudad a través de su herencia culinaria, conectando la huerta, el mar y la tradición con experiencias auténticas como clases de paella, mercados y slow travel. Patricia Ortega En el corazón del Mediterráneo, se encuentra Valencia, un destino que se presenta al mundo como una experiencia culinaria viva y que, con su nueva campaña “La despensa mediterránea”, busca que los viajeros conozcan, disfruten y degusten la ciudad, porque en este rincón de España, la gastronomía no es solo parte de la cultura, sino que es parte de su esencia. Valencia es un territorio privilegiado que integra tres mundos en uno: la huerta fértil de l’Horta, el Parque Natural de la Albufera y el mar Mediterráneo. De ahí nace una cocina rica, fresca y profundamente conectada con su entorno. Esta campaña pone en valor una tradición que lleva siglos cultivando: el arte de comer bien, con respeto por la estacionalidad, por el origen de los ingredientes y por el tiempo que toma preparar algo memorable. Una de las joyas de esta propuesta es la “Paella Experience”, que lleva a los visitantes a las raíces del platillo más representativo de Valencia. Más allá del cliché, se trata de una vivencia que empieza con un recorrido por los arrozales de la Albufera, continúa con la selección de ingredientes frescos en los mercados locales y culmina con la preparación de la auténtica paella valenciana bajo la guía de cocineros locales. Cocinarla es tan importante como compartirla, y es ahí donde ocurre la magia, porque alrededor de la paella, todos son bienvenidos. Pero Valencia ofrece mucho más que arroz. Esta ciudad ofrece al mundo su Mercado Central, una joya modernista y uno de los mercados más grandes de Europa, por lo que es una parada obligada para cualquier visitante, quien aquí encuentra un universo de productos locales, embutidos, quesos, pescados recién salidos del puerto y frutas que aún conservan el rocío de la mañana. Las visitas guiadas con degustaciones permiten no solo probar, sino comprender el origen de cada sabor. La campaña también resalta la filosofía del “slow travel” y el “bienestar mediterráneo”. En València, comer con calma, caminar sin prisa y disfrutar de la vida al aire libre no es una tendencia, es una forma de vida. Además, el clima templado, las terrazas soleadas y la cercanía con el mar favorecen un estilo de vida saludable, donde lo natural y lo local son una norma. “La despensa mediterránea” es una invitación a vivir Valencia con los cinco sentidos, a dejarse sorprender por el tomate de temporada, por el pan recién horneado, por un vino de la tierra compartido entre desconocidos que pronto se vuelven amigos. En un mundo que anhela lo auténtico, Valencia emerge como un refugio para los viajeros gastronómicos, los amantes de la historia y quienes buscan experiencias significativas. La ciudad, fácilmente accesible desde Madrid en menos de 2 horas gracias al tren de alta velocidad, se convierte en un punto de encuentro entre tradición e innovación culinaria. A través de la plataforma de Visit Valencia, los viajeros pueden reservar experiencias únicas, diseñadas para saborear cada rincón de la ciudad desde la raíz hasta el plato. Y es que, en València, cada comida es una historia, y cada historia es una celebración.
Obispo: El embutido sagrado del sur mexiquense

En el corazón del Estado de México, entre montañas y tradiciones que se resisten al olvido, sobrevive un embutido que encierra siglos de historia, sabor y cultura, es el Obispo, un producto cárnico elaborado artesanalmente en Tenancingo de Degollado. Este plato es el testimonio vivo de una herencia culinaria que combina saberes indígenas y técnicas traídas de Europa durante el virreinato. Sin embargo, a pesar de su riqueza gastronómica y su simbolismo regional, su reconocimiento fuera de los límites locales aún es limitado. Este texto de Williams García Mora se adentra en el origen, elaboración, simbolismo y los desafíos actuales de preservación de este platillo, que es considerado como un patrimonio culinario mexiquense. El Obispo, Joya de la Cocina Mexiquense Por: Williams García Mora Colaboración y revisión: Salvador Espino Manzano, Eduardo Plascencia Mendoza. El arte de la elaboración de embutidos es un repertorio de saberes cuya intromisión en México deriva de las técnicas culinarias traídas de Europa durante la época del virreinato. En el centro del territorio existía ya una gran tradición gastronómica, y desde la fundación en 1551, Tenancingo de Degollado se destacó por sus embutidos. Con las construcciones españolas en el cerro de las Tres Marías, la actividad ganadera fue muy rentable durante la época colonial, a tal grado que el encomendado Juan Salcedo era el único proveedor de cerdos en Xochimilco, y podría considerarse el gran abastecedor de ganado porcino para la capital de Nueva España. Es aquí donde existe hasta la actualidad un producto muy valorado por los mexiquenses: el Obispo. Considerado como patrimonio gastronómico mexiquense, el Obispo es conocido originalmente por los locales como “rellena de sesos”, y es un embutido mexiquense simbólico del Estado que, hoy en día, le otorga una condición de “producto de culto” o “producto exótico” en regiones aledañas como la Ciudad de México y la zona metropolitana. El nombre de Obispo se deriva de relatos locales que, con el paso del tiempo, han sumado diferentes versiones. Una de ellas es que los seminaristas del lugar, al probarlo, mencionaban que es un platillo digno para un obispo; y otra versión popular cuenta que surge de una visita del obispo de Toluca, Arturo Vélez, en los años 60. Durante su estancia, un taco de rellena de sesos le fue ofrecido, y al preguntarle a los invitados qué querían degustar, comenzaron a responder: —lo del obispo—. Fue así como recibió ese nombre, y actualmente puede ser degustado en el mercado local y algunos obradores del municipio de Tenancingo de Degollado. Este producto cárnico tan especial es preparado con una mezcla constituida por carne de cerdo (magra y con grasa), fortalecida con una mezcla de verduras y hierbas aromáticas (chiles manzanos, jitomates y epazote). Y como es común en platos de intenso arraigo social, cada obrador tiene variantes en los ingredientes, como la cantidad de carne, elementos aromáticos, vegetales, entre otras, cuyas recetas han sido heredadas por generaciones y, en algunos casos, discretamente modificadas por la generación que la ejecuta en el presente. Para su elaboración, la mezcla de todos los ingredientes es molida una o dos veces en molinos de carne (en conjunto o por separado), para después embutirse en vejigas de res, que pueden sustituirse por tripas de res o cerdo debido a la escasez de la vejiga (usada de manera tradicional). Una vez embutido, se cose con hilo cáñamo para cerrar, y se llevan a cabo dos cocciones (hervir y freír) que le confieren características únicas. Es común que el medio graso (casi siempre manteca de cerdo) sea utilizado exclusivamente para realizar la segunda cocción; por ello, es reservada en un mismo cazo, preservándola y añadiendo grasa nueva para seguir el proceso. Existen dos versiones del Obispo: el que se denomina tradicionalmente Obispo Natural, elaborado a base de una mezcla (que funge como contenido del embutido) de carne de cerdo (tanto magra como grasa), jitomate, epazote y chile manzano; y la otra versión, que se denomina Obispo Especial, cuya característica principal es la integración a la mezcla del Obispo Natural de médula, sesos, pasas y almendras. La mayoría de los productores de este embutido se autodenominan como productores auténticos y únicos. El Obispo es un producto único, de una región mexiquense específica (sur del Estado de México), y con muy poca exposición fuera de los límites locales; por ello, es complejo que otras zonas reconozcan su relevancia cultural y gastronómica, y que exista interés por probarlo fuera del ámbito cercano. También se sabe que los conocimientos gastronómicos empíricos, que viven y permanecen en el imaginario colectivo sin documentación o reflexión académica y que dependen únicamente de la transmisión oral para su preservación, corren el riesgo de modificarse gravemente hasta perder conexión con las versiones originales, pervertirse sin posibilidades de regresión o extinguirse. Por ello, la importancia de su tecnificación, cientifización y la difusión de este embutido, ya que existen pocas regiones aledañas que reconocen este producto, al menos en el norte del Estado de México o hacia el este del Estado de México y CDMX. La realidad es que el conocimiento de este embutido comienza a diluirse, y que con el tiempo puede llegar a desaparecer. Son pocas las nuevas generaciones de productores tradicionales que quieren seguir dedicándose a realizar el Obispo (como fuente económica). Es importante contar la historia, los saberes culinarios que guarda la tradición, impulsarlos a llegar a otras regiones, reconocer a las personas que enarbolan todos los días el conocimiento de estos productos tan importantes, motivar a la innovación, inspirar a los nuevos chefs y apasionados a reinterpretar y mezclar lo tradicional con lo moderno de forma responsable para poder preservar estas tradiciones gastronómicas que nos ofrece el Estado de México y garantizar su relevancia para futuras generaciones. Referencias:Tradición es cultura (2021). Recuperado el 2 de abril de 2025, dehttps://tradicionescultura.com.mx/2021/07/26/obispo-de-tenancingo-el-manjar-gastronomico-mexiquense-te-contamos-su-historia/Hidalgo, C (2019). Van por denominación de origen de obispo de Tenancingo, Milenio, recuperado de:https://www.milenio.com/negocios/van-por-denominacion-de-origen-de-obispo-de-tenancingoPlascencia, E (2025). Método Obispo. Manuscrito no publicado.
España, destino de hospitalidad y vanguardia turística

España, además de promover sus ciudades como escenarios culturales de primer nivel, también ha convertido su hotelería en un modelo de atención diversa e incluyente. Desde hoteles boutique hasta grandes cadenas, el país ibérico continúa apostando por una hospitalidad que celebra la autenticidad y abre sus puertas a todas las expresiones del mundo. Araceli Calva Con una visión incluyente y estratégica, España se consolida como uno de los destinos más hospitalarios y atractivos para el turismo internacional, particularmente para el segmento LGBTQ+, gracias a una sólida oferta hotelera y un compromiso institucional que abarca tanto el sector público como el privado. Por primera vez la Consejería de Turismo de la embajada de España en México llevó a cabo una jornada de promoción turística para el segmento LGTBI+, el cual contó con la participación de AFEET (Asociación Femenil de Ejecutivas de Empresas Turísticas), encabezado por Magdalena Saldívar y su vicepresidenta Claudia González; además de figuras clave del turismo como directivos de Euromundo, TravelShop, J&E Cruceristas, Sabre Corporation y Viajes Palacio, así como representantes de la Secretaría de Turismo Federal, entre ellos Emmanuel Rey y Maricela Camacho. Por su parte, el Embajador de España en México, Juan Duarte, clausuró con una recepción en la Residencia la Jornada de Turismo LGTBI+, esta jornada, la cual se llevó a cabo en la Ciudad de México. A la residencia del embajador también asistieron personalidades del ámbito artístico y cultural como Michelle Rodríguez, Ximena Sariñana, Pepe Valdivieso, Carlos Horacio Canales, Said Ochoa, Percy, Luis Thomas Fong, Jorge Salazar Acosta, Diego Jiménez y Baruch Díaz, quienes compartieron su entusiasmo por esta iniciativa que apuesta por la diversidad, el respeto y la inclusión. En el evento de clausura, El embajador Juan Duarte destacó que en 2024 el turismo LGBTQ+ generó en España una derrama económica de 320 mil millones de dólares, con un crecimiento proyectado del 6.8% anual. “Los turistas de esta comunidad gastan un 23% más que el promedio y muestran un perfil con alta formación académica, gusto por el arte, la arquitectura, el deporte, la gastronomía y las compras”, señaló, enfatizando que el sector hotelero ha sabido adaptarse para ofrecer experiencias cálidas, auténticas y seguras. “Sus intereses, bueno, mis intereses porque formo parte de ese grupo, deben entenderse desde una perspectiva inclusiva y respetuosa”, añadió. Por su parte, Oriol Pamies, fundador de Queer Destinations, reforzó este compromiso al afirmar que la distinción otorgada por su organización permite que las personas viajen con seguridad y confianza. “Nuestra idea es seguir expandiendo el proyecto a diferentes países europeos, latinoamericanos y de Asia. El turista LGBTIQ+ está presente en todo el mundo y merece espacios donde se le reciba con dignidad”. España, un festín de paisajes, cultura y sabor España es un país que se saborea con todos los sentidos. Más allá de sus postales emblemáticas de destinos como los viñedos de La Rioja, la majestuosidad arquitectónica de Madrid, o la vanguardia urbana de Barcelona—, lo que convierte a España en un destino inolvidable es la armonía perfecta entre su riqueza turística y su gastronomía diversa, viva y profundamente arraigada en la historia. Recorrer España es sumergirse en una geografía generosa, que lo mismo ofrece rutas de montaña en los Pirineos, que caminatas espirituales en el Camino de Santiago, celebraciones tradicionales como las Fallas de Valencia o la Feria de Abril, y joyas patrimoniales como la Alhambra de Granada o el casco antiguo de Toledo. Cada comunidad autónoma es un universo propio que refleja la pluralidad cultural del país. Qué decir de Bilbao, ubicado en el corazón del País Vasco, que es un ejemplo de transformación urbana ejemplar, porque lo que antes fue una ciudad industrial, hoy se presenta al mundo como un polo de diseño, arquitectura y arte contemporáneo, sin perder su identidad vasca. El gran emblema de esta renovación es el Museo Guggenheim Bilbao, un edificio de titanio, cristal y piedra caliza diseñado por Frank Gehry, que desde 1997 ha puesto a la ciudad en el mapa del arte internacional. Con su emblemática escultura de Puppy —un enorme perro de flores— y exposiciones de artistas como Anish Kapoor, Yayoi Kusama o Jeff Koons, este museo representa una apuesta por la vanguardia y el pensamiento crítico. Complementan la experiencia espacios como Azkuna Zentroa, un centro cultural innovador, y la escena gastronómica, donde el arte se sirve también en platos de autor y bares de pintxos. Y, por supuesto, Madrid, la capital, es un museo al aire libre, porque esta ciudad alberga alguna de las obras maestras más importantes del mundo. Su famoso “Triángulo del Arte”, ubicado en el Paseo del Prado, reúne tres de las instituciones más destacadas de Europa: el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza. En el Museo del Prado, el visitante se encuentra con la historia pictórica de España y Europa. Sus salas resguardan la profundidad de Velázquez, el dramatismo de Goya, la delicadeza de Murillo, la maestría flamenca de Rubens y el simbolismo de El Bosco. Obras como Las Meninas, El jardín de las delicias o El 3 de mayo son parte del imaginario universal. Madrid también late en el arte contemporáneo: el Museo Reina Sofía, con su poderosa colección centrada en el siglo XX, destaca por el Guernica de Picasso, una de las piezas más conmovedoras del siglo pasado. Mientras, el Museo Thyssen-Bornemisza ofrece un recorrido equilibrado entre los grandes maestros y los movimientos modernos, de Caravaggio a Hopper. Y mientras se explora, se come, porque en España la gastronomía no es solo una pausa entre recorridos, sino una forma de conocer sus costumbres y tradiciones. Cada plato cuenta una historia, cada ingrediente revela un paisaje, y cada mesa compartida es una celebración de identidad, memoria y pertenencia. Comer en España es viajar también con el paladar, es dejarse llevar por los aromas de un mercado local, descubrir los secretos de una receta centenaria o dejarse sorprender por la creatividad de una nueva generación de chefs que transforman lo cotidiano en arte comestible.
Libros Para Saborear

Cada 23 de abril, los libros se convierten en protagonistas de una fiesta mundial que celebra el placer de leer y la libertad de imaginar. Esta fecha, instituida por la UNESCO, conmemora la coincidencia del fallecimiento de grandes autores como Cervantes (22 de abril de 1616) y Shakespeare (23 de abril de 1616), pero también se entrelaza con la leyenda de San Jorge en Cataluña, donde regalar una rosa y un libro es una tradición que une el amor y la cultura. Araceli Calva En esta día, vayamos más allá de los clásicos y rindamos homenaje a una literatura que no siempre ha sido considerada como un género en sí, pero que ha alimentado tramas, emociones y recuerdos; esa literatura que no solo alimenta nuestra imaginación, sino que también puede evocarnos memorias con sabor. Porque, desde que existen las letras impresas, los alimentos y la cocina han sido ingredientes sutiles y, a veces, protagonistas absolutos de historias que hablan del amor, del poder, de la travesía, del misterio y hasta de la muerte. Cervantes, Proust, Bécquer, Emilia Pardo Bazán y Espronceda son solo algunos de los autores que, en algún momento, encontraron en el paladar el hilo conductor de su narrativa. Comer y beber no solo satisfacen nuestras necesidades físicas, también son actos sociales, culturales, incluso políticos. Como bien señala el chef Alain Ducasse, cocinar y compartir una comida es también tomar postura, formar comunidad, ejercer una forma de expresión. En este espíritu, proponemos degustar libros donde el lenguaje se cocina con humor, crítica y sazón, uno de los imprescindibles es “Cocina Mexicana. Historia gastronómica de la Ciudad de México”, de Salvador Novo, en donde el autor mezcla la historia, la crónica y la literatura para darnos una gran obra sobre la Ciudad de México y sus tradiciones culinarias. En “Cocina Mexicana. Historia gastronómica de la Ciudad de México”, Novo convierte un recetario en un testimonio cultural, en un documento vivo de las transformaciones de una ciudad que también se cuenta por sus sabores, sus aromas y sus colores. Y por supuesto, “Como agua para chocolate”, de Laura Esquivel, es un libro que no puede faltar en esta mesa literaria. Cada receta de Tita es un acto de resistencia y pasión, donde los ingredientes tienen alma y los platillos son manifestaciones del deseo reprimido, la tradición y el vínculo con los ancestros. También hay banquetes narrativos como el que ofrece El festín de Babette, de Karen Blixen, donde un banquete se transforma en un acto de arte, fe y agradecimiento; igual que “El Último Chef Chino” de Nicole Mones, que nos transporta a la cocina imperial china, revelando cómo la gastronomía puede ser una filosofía de vida, una herramienta de poder y una vía hacia el entendimiento intercultural. Otro manjar literario que no puede faltar en esta mesa es Afrodita, de Isabel Allende. En este libro, la autora chilena mezcla memoria, erotismo y gastronomía. Afrodita no es solo una recopilación de recetas afrodisíacas, sino una fiesta para todos los sentidos, donde los sabores, los aromas y los placeres del cuerpo se entrelazan con relatos, anécdotas y confesiones personales. La autora escribe con la misma pasión con la que se cocina un platillo seductor, a fuego lento, con humor y con deseo. Afrodita es un homenaje a los sentidos y una invitación a disfrutar la vida con todos los apetitos despiertos. En este Día del Libro brindemos con letras que se cocinan a fuego lento, con páginas que saben a mole, a nostalgia y recuerdos. Que el hambre de historias nos conduzca, como a tantos escritores antes, a esa magia llamada gastronomía.
En Hidalgo, el Chef Roberto Buccio Celebra al Maguey Pulquero

El chef y su equipo han documentado más de 200 recetas ligadas a ingredientes que provienen de los magueyes, entre las más abundantes están las relacionadas con los curados; en Xocoyol Arte Gastronómico Mexicano, le rinde homenaje al valor que tiene este maguey en la cocina hidalguense, así como a la magia de los mercados locales. Por Rubén HernándezFoto: Ignacio Urquiza El manifiesto de una cocina ancestral, llena de tradiciones y amor al campo, con el maguey como eje central de una cosmogonía culinaria, es la esencia de Xocoyol Arte Gastronómico Mexicano, un concepto y espacio ubicado en Tulancingo, Hidalgo; proyecto en el que el chef Roberto Buccio, en sintonía con una comunidad de productores e investigadores del estado, preserva y difunde la relevancia de una cocina que refleja el espíritu de una comunidad. Oriundo de Veracruz, y con una formación gastronómica que inició en su hogar rodeado de grandes cocineras, Roberto también tuvo la fortuna de contar con la guía de figuras de gran renombre en la gastronomía, como Alicia Gironella De’Angeli, Gerardo Vázquez Lugo y Ricardo Muñoz Zurita; hace 15 años que descubrió la riqueza alimentaria hidalguense gracias a sus frecuentes viajes por la práctica del motocross, que lo llevaron a explorar pueblos y comunidades, recorriendo veredas y caminos deterracería que lo guiaron a auténticos tesoros culinarios. “Como cocinero, tenía la curiosidad natural de conocer productos, técnicas y recetaslocales. Me adentré en los mercados, aprendiendo de los ingredientes de temporada, su uso y su valor, de las voz de los vendedores y de las mujeres de los pueblos. Cuando decidí radicar en Hidalgo, me involucré aún más en la cocina regional, aprendiendo de grandes mujeres como Cristina Martínez y Porfiria Rodríguez Cadena. Antes de la pandemia, abrí “Nixcomil, Centro de la Gastronomía Mexicana” , un espacio para compartir, con la gente local y los visitantes, la riqueza de esta cocina mediante cursos y talleres”, explica el ganador de la Medalla Ricardo Muñoz Zurita al Mérito en Educación Gastronómica. Trabajo en EquipoLa pandemia limitó la tarea formativa de Roberto, obligándolo, como a muchos otros, a realizar sus cursos en línea. Sin embargo, en ese proceso tuvo la oportunidad de conocer a la doctora Carmen Julia Figueredo Urbina, especialista en el tema de los magueyes; a la cocinera tradicional Martha María Jiménez López y al productor Rogelio Moreno Montiel, con quienes, desde distintos ángulos, comenzó a profundizar en la imponente cultura de los magueyes pulqueros y toda la tradición culinaria que gira en torno a ellos. “Había tanto por conocer y, sobre todo, por expresar acerca de este producto. Se hablaba mucho de él, pero no había un acercamiento como tal; a través de su experiencia y de sus enseñanzas en el Rancho La Gaspareña, fui descubriendo las perspectivas del maguey y la evidencia de una cocina que ha sido parte de la alimentación de muchas generaciones, pero que, como tantas otras cosas, se dejó de practicar”, indica Roberto, quien también fue galardonado en 2022 con la primera edición del Taco de Oro, una presea que otorga Cocineros Mx por el Mundo al mérito en Cocina Tradicional Mexicana en el extranjero. Roberto se adentró en la cultura del maguey, el pulque, y en el estudio de los sistemas agrícolas conocidos como metepantles, uno de los agroecosistemas tradicionales de México con casi cuatro mil años de antigüedad. Los magueyes son el cultivo clave: se organizan en hileras intercaladas con un espacio llamado melga, donde se lleva a cabo el tradicional policultivo, un sistema aún vigente que provee numerosos beneficios a las comunidades. Pero más importante aún, en términos culinarios, fue descubrir que el maguey no solo significa pulque, sino que ofrece un sinfín de recursos que han sido parte esencial de las comunidades hidalguenses. Roberto y su equipo han documentado más de 200 recetas ligadas a ingredientes que provienen de los magueyes, y entre las más abundantes están las relacionadas con los curados. También ha identificado técnicas culinarias únicas que provienen de la cultura gastronómica magueyera, como la barbacoa, los mixiotes, el ximbó y el ximbote. “Otra gran diversidad de preparaciones incluye el uso de los mixiotes, del aguamiel, del pulque, de las flores tiernas de los magueyes o gualumbos, además de una amplia gama de otros ingredientes que provienen de la interacción con los magueyes, como los hongos de maguey, chinicuiles, mecuiles, nixtamales y caracoles comestibles; también algunos vertebrados como los chachahuates (ratones de campo) y una gran variedad de quelites y frutas nativas que se mantienen en los metepantles”, expresa. Una Comunidad Ancestral La cocina magueyera, agrega Buccio, se acostumbra en un fogón improvisado a la sombra de un árbol en el metepantle. El rescoldo de los fogones o tlecuiles aporta el toque final a los alimentos, que a veces son compartidos entre el tlachiquero, el capador, el productor y cualquier otra persona que se encuentre cerca en ese momento. El combustible, desde luego, también es provisto por el entornomagueyero. Resalta que, a pesar de que ya se cuenta con un amplio conocimiento sobre los usos gastronómicos de los magueyes, algunos recursos son poco conocidos y valorados, como es el caso del metzal, que también se conoce como mechal, mesal o Xi’mfi en hñähñu en la región del Valle del Mezquital, o empalme o raspadura en el Estado de México. El metzal es la pulpa o tejido vegetal de los tallos o mezontetes de los magueyes pulqueros, que se obtiene diariamente cada vez que se recolecta el aguamiel del cajete de los magueyes. Para que la planta se mantenga en producción, se raspa con una cuchara o raspador, así se asegura que siga manando la savia. La palabra proviene del náhuatl metzalli (metl: agave o maguey y tzalli: raspadura), es decir, raspadura o rasgadura de maguey. En la mayoría de las localidades de México donde se produce pulque, el metzal simplemente se deja en el lugar, se tira, ya que es considerado un desperdicio. En otros lugares, se utiliza como forraje para animales domésticos, principalmente para el burro
Sabores con Causa…Bocados que sanan, Unidos contra el cáncer Infantil

Cuando la cocina se hace con el corazón, puede convertirse en un acto de resistencia, de consuelo y de esperanza, como sucede en cada edición de Sabores con Causa, un evento que también alimenta la resiliencia por su bello propósito, apoyar a pacientes pediátricos con cáncer. Por Araceli Calva Foto portada: Patricia Benavides Afortunadamente, el llamado fue escuchado, y un gran número de comensales asistió a esta gran muestra culinaria, donde más de 20 chefs y restaurantes donaron generosamente platillos representativos de sus establecimientos, demostrando que el compromiso social también se cocina. En esta ocasión, cada receta plato se convirtió en herramienta de vida, fue un vehículo para canalizar recursos que permitirán continuar con los tratamientos médicos, además de ofrecer acompañamiento emocional y garantizar una mejor calidad de vida a pacientes oncológicos infantiles. El punto de encuentro fue el hotel Live Aqua de Bosques de las Lomas, donde los cocineros no solo aportaron su tiempo, sino también los platillos servidos, para que la fundación Aquí Nadie Se Rinde I.A.P., pueda tener los recursos para brindar apoyo integral a quienes más lo necesitan. Así, entre aromas que contaban historias de distintas latitudes y sazones, todos los participantes disfrutaron de una tarde en la que la diversidad tuvo un solo propósito y una lucha, ganarle la batalla al cáncer infantil. Entre las cocinas montadas en este gran salón del Live Aqua, los comensales pudieron degustar la cocina indo-paquistaní del chef Riaz Ahmad (Tandoor), la cocina oaxaqueña de Carlos Galán (Guzina Oaxaca), y de Juan Aquino (Xuva Culinaria), la cocina michoacana de Lucero Soto (Lu), la cocina mediterránea de Julián Martínez (Sepia) y Rafael Prado (Barolo). También hubo sabores del mar, como los que aportó Paolo Carrillo (Micheviche) con su tostada de Cebichón de mariscos con guacamole, y Carlos Moo (Puntarena) y su cocina del mar. Tampoco faltaron las dulces pinceladas de Alma Rosa Espinosa (D.i.postre) con un Ruibarbo con hinojo de las chinampas de Xochimilco, Mario Terrés (Mario Terrés Chocolate) con un postre de cítricos y chocolate de leche; Migel A. Valencia y Karen Sánchez (Quereres Sabores Mexicanos) con un cheescake de mermelada de chapulines con vino tinto; y Cristina Limón (Cristina Limón) con una pavlova con crema de almendra, coulis de bugambilia y frutos rojos, además de un plato salado que fue un molote de plátano con frijol y cochinita. También estuvieron presentes con sus deliciosos bocados, la chef Ana María Arroyo (El Tajín), Alberto Flores (Jaleo), Elena Lugo y Garardo Vázquez Lugo (Nikos), Andreas Estrayer y Chef Yogui (Sesenta Grados), Axel García (Gastro Bistro) y su cocina fusión, Diego Pérez Turner (Temporal) con su cocina internacional contemporánea, José Luis García (Casa Malena) y su cocina de asador, Mariano Amezcua (Tierra Cocina Viva)y su cocina de autor, y Roberto Tinoco (Testal), con su cocina mexicana de origen. Carlos Blancas (Carnivore), que fue uno de los favoritos de los comensales con su mini hamburguesa wagyu con alioli de trufa negra. También destacó la cocina francesa de Le Cordon Blue, con los chefs Carlos Fernando Santos, a la cabeza, y Miguel Flores, en la producción, y cuyos estudiantes apoyaron en todos los stands, mostrando su solidaridad y espíritu altruista. Los recursos obtenidos en esta oda gastronómica serán destinados a apoyo médico, psicoemocional, lúdico, y pedagógico, para que los pacientes pediátricos tengan acceso a una mejor calidad de vida, y la esperanza de que habrá un mañana para ellos y sus familias. Aquí Nadie Se Rinde es una Institución de Asistencia Privada que nace en 2005 gracias al sueño de Andrés, un niño con cáncer con muchas ganas de ayudar a “quitar el dolor” a otros niños que luchan contra esta enfermedad. El pequeño Andrés trascendió, dejando un enorme legado y una gran misión: “Hacer la diferencia en la vida de las niñas, niños y adolescentes con cáncer y su familia”. Por lo que día con día, la familia de Andrés a través de esta asociación se esfuerzan por ver a más pacientes beneficiados, que no abandonen su tratamiento por falta de recursos. Esto es posible gracias a los resultados que surgen de la labor que colaboradores, voluntarios, empresas y fundaciones que se unen a su causa.
El Chef David Castillo Aceves y su Manifiesto del Patrimonio Alimentario del Estado de Hidalgo

Situado en el Pueblo Mágico de Mineral del Chico, el restaurante La Trucha Grilla, del chef David Castillo Aceves, es un manifiesto del grandioso patrimonio alimentario que distingue al estado de Hidalgo, en una suma de herencias prehispánicas, españolas e inglesas, entre otras. Por Rubén Hernández Foto: Nacho Urquiza Con voz amorosa pero fuerte, cálida y contundente, el chef David Castillo Aceves hace una invocación al bosque, a la Madre Tierra, para que nos permita entrar a sus regiones secretas y sorprendernos en cuerpo y espíritu con sus maravillas. La atmósfera se torna mágica, seductora, y a cada paso, conforme nos intrincamos por rupestres senderos, descubrimos, bajo la guía de David, el inmenso patrimonio que conforma el Parque Nacional del Chico, en Hidalgo, uno de los parques nacionales más antiguos de México, decretado como tal por Porfirio Díaz en 1898. Esta reserva de casi 3 mil hectáreas, consolidada por sólidas montañas y profusas extensiones de pinos, encinos y oyameles, es también el resguardo de una vasta población de hongos con más de un centenar de variedades micológicas: Boletus, Duraznillo, Toronja del Rey, Nanacate… Todos forman, en buena proporción, parte esencial del acervo culinario de esta región de abundante flora y fauna, y de la cual David se expresa con orgullo como “un pedacito del paraíso”. Una andanza con David por este parque natural nos lleva a conocer, en los más inesperados rincones —bajo la sombra de los árboles, pero también de troncos caídos y ramas hacinadas—, el espectáculo de los hongos en su efímera y brillante plenitud, así como el de plantas de señorial presencia, como el laurel, originario del Mediterráneo.Los hongos son una parte esencial de la pasión de David por su tierra natal. Desde muy niño, bajo la guía de una de sus abuelas, una reconocida nanacatera (recolectora de hongos), aprendió todos los detalles para elegir los hongos comestibles y seleccionarlos con el grado de excelencia indispensable para llevarlos a las mesas. De uno de sus abuelos conoció las argucias en el arte de la caza y la pesca. Fue en ese momento, en la primera infancia, cuando la senda culinaria de David arrancó, apegado a sus raíces y adquiriendo valores y secretos que hoy son parte de su orgullosa identidad. La Trucha, Nuestro Éxito Ubicado en el pueblo de Mineral del Chico, cabecera del municipio del mismo nombre, La Trucha Grilla es el restaurante en el que convergen las experiencias y vivencias cotidianas de David, en sintonía con la tradición y los platillos emblemáticos de este establecimiento fundado en los años 90, con la rúbrica de su padre, don José Luis Castillo Jiménez. Así, rompió con la ancestral premisa con la que creció David: “los hombres no pueden cocinar”. Agrega que parte de la fama de La Trucha Grilla radica en su vasta lista de preparaciones con trucha, producto local proveniente de las aguas de Real del Monte, con un registro de más de 50 opciones.“La gente empezó a llegar y mi papá les ofrecía la oportunidad de que se les preparara a su gusto. Muchas de esas preparaciones llamaban la atención a otros comensales y pronto comenzaron a ser parte de nuestro menú. Por ello, tenemos en carta platillos emblemáticos de trucha como la Terrific Porter, al vapor con hinojo y vino blanco; la Don José Luis Castillo, frita o al vapor con la pancita rellena de verduras y salsa del día; y la Trucha a la Lic. Menchaca, preparada a las brasas y gratinada con queso azul y tocino, entre muchas otras opciones”, explica David. Enamorándose de un Oficio David realizó estudios en Turismo, lo que marcó la pauta para diversos viajes profesionales y la oportunidad de trabajar en distintas empresas en regiones estratégicas como la Riviera Maya.La alternativa de interactuar con gente de todo el mundo en diversos escenarios turísticos afianzó y afinó su vocación de servicio, factor estratégico en la hotelería y la restauración.“Un hecho importantísimo fue viajar a Italia para estudiar gastronomía. Eso me enamoró de esta labor, me hizo descubrir nuevas perspectivas y revalorar todo el acervo que había aprendido en mi tierra. Fue así como, ya de regreso en México, me enfoqué en continuar mis estudios profesionales y en aprender sobre aspectosparticulares de la cocina gabacha, como la parrilla, en la que hay toda unaespecialización. Fue así como también estudié el Master Grill, con temas como el ahumado, algo que ha sido estratégico en mi labor en el restaurante”, dice con emoción David. Mineral del Chico es un pueblo de tradición minera. Muchas de las montañas que rodean el pueblo, dice el chef, son como un queso gruyere por la cantidad de túneles que hay en ellas. La belleza de esta población, marcada también por la migración inglesa, ha sido un factor indiscutible para formar parte de la lista de Pueblos Mágicos. En este escenario maravilloso, La Trucha Grilla se ha posicionado como un punto obligado para disfrutar, tanto en celebraciones como en la vida cotidiana.“A Hidalgo solo le hace falta la nieve y el mar, porque de ahí en fuera tenemos todo. Somos un estado emergente que, afortunadamente, ha volteado a ver, de manera colectiva, el trabajo de nuestras cocineras tradicionales, lo que nos ha proyectado a nivel mundial. A esta dinámica de promoción se han sumado chefs importantes, como Roberto Buccio y Aquiles Chávez, quienes hacen cosas excepcionales. “Mucha de la mejor gastronomía de México empieza en Hidalgo. No perdamos de vista que muchos de los platillos de la mesa de Moctezuma procedían de este territorio. Somos la tierra de la barbacoa y del ximbó, con la esencia del maguey pulquero, que a su vez se proyecta como el ‘árbol de las maravillas’. Somos tierra de flores, de insectos, de palomas, de patos, liebres y ardillas; de una pesca fabulosa y de insectos como los chinicuiles, que ya son parte del patrimonio nacional”, refiere el chef. Fiel a la filosofía hidalguense de que “todo lo que florece, nada, camina, corre y vuela se va a la cazuela”,
Croquetas Negras de Robalo

Croqueta con mayonesa de habanero, servida sobre carbón. Chef Adrián Santamaría de Restaurante SoteroPorciones: 50 piezas IngredientesCroqueta Mayonesa Preparación de croquetaHacer un roux, calentar la mantequilla y cuando comience a brincar, agregar la harina ycocinar durante 10 minutos sin que cambie de color.Agregar el fondo de pescado y cuando comience a espesar, añadir el recado negro y lasal. Mover constantemente hasta conseguir la consistencia deseada. Formar bolitas de 20gramos y empanizar dos veces.Preparación de MayonesaBatir las yemas con la mostaza.Agregar el aceite en forma de hilo hasta emulsionar.Añadir el habanero tatemado para dar color y sabor.