Los tamalli (vocablo náhuatl que significa envuelto) son tan antiguos como México mismo, ya lo dijo alguna vez algún poeta, y tan deliciosos que no hay quien se les resista. El sabor de un tamalito es el sabor nuestro, el sabor de la patria.
Texto: Lynda C. Balderas
Presidenta Delegación de Investigación Nacional
Comer tamales, para mí, es un acto de infinita felicidad. A veces me los como con la mano, a mordidas, calientitos recién salidos de la vaporera; a veces me gustan recalentados en el comal. Eso sí, me gustan con poco relleno, que no sean tan abundantes, que sean pequeños para disfrutarlos bocado a bocado.


En cierta ocasión dije que mi felicidad es el equivalente a una gran tamalada, y se han reído de mí… no sé por qué. Si los tamales son de tan diversos sabores como la paleta de colores de un artista, pequeños regalitos que uno disfruta al desenvolver y degustar, acompañados de un buen atolito, un cafecito, y hasta con una copita de buen vino.
El tiempo pasa, y este año 2025 cumpliremos trece años de haber iniciado una investigación sobre el arroz de mi terruño, el Arroz del Estado de Morelos, misma que se ha extendido al arroz en México y la cocina de los arroces del mundo.
Apartado especial merecen los tamales en esta investigación. Sobre el hallazgo de los tamales de arroz estilo Jojutla, les comparto que, en la zona sur del estado de Morelos, se ubica el municipio de Jojutla, mejor conocido como la cuna del “Mejor arroz del mundo”. Un lugar muy caluroso que, en su buena época, contaba con agua suficiente que corría con abundancia. Su clima era ideal para que el cultivo del arroz floreciera cerca del año 1837, cuando fue la primera siembra. Desde entonces, y con el paso del tiempo, el cultivo de arroz en Morelos fue reconocido hasta obtener la Denominación de Origen en el año 2012.
Las familias de los productores arroceros preparan, para fechas especiales, los tamales de arroz, utilizando el arroz blanco troceado, caldo de pollo y manteca de cerdo. En una cazuela al fuego, preparan una masa y, cuando está lista, forman los tamales. Es una labor comunitaria que realizan principalmente las mujeres de la comunidad.


Cabe destacar que los tamales de arroz son el resultado del intercambio cultural entre México y Oriente. Con los viajes del Galeón de Manila llegaron a nuestro país nuevos ingredientes, cultura y tradiciones. De igual forma, en el tornaviaje, viajeros mexicanos llegaron a Filipinas llevando consigo su cultura y tradiciones. Así, los saberes de la elaboración de tamales llegaron a las islas Filipinas, donde, al no haber maíz, se utilizó el arroz y, como envoltorio, las hojas de plátano. Hoy en día, los tamales filipinos forman parte de la cocina tradicional en aquellas tierras y son poco conocidos en México.

Los tamales de arroz estilo Jojutla, así como otras variedades de tamales que se acostumbran en México, como los tamales canarios y los tamales de arroz estilo Guerrero, los servimos en el menú de La Arrocería, una cafetería ubicada en Cuernavaca. Es un espacio cultural fruto de una investigación y creado para que nuestros comensales puedan conocer la cocina de los arroces de México y del mundo.

La Arrocería Lynda CBalderas
Río Mayo 606-B
Col. Vista Hermosa
Cuernavaca, Morelos, México.
52 777 120 40 34