Entre las calles de Polanco, se encuentra Elly’s, un restaurante que apuesta por los ingredientes de calidad, la técnica precisa y un ambiente acogedor y relajado. En este lugar el lujo no se mide en ornamentos, sino en el cuidado que se le da a cada plato, especialmente al Prime Rib, su plato insignia.
El corte llega a la mesa como resultado de un proceso que toma siete horas de cocción. La carne, envuelta en una costra de sal, se hornea lentamente hasta alcanzar un término medio exacto. El resultado es una pieza jugosa, firme pero suave, en la que cada fibra se abre con facilidad al paso del cuchillo. Más que un truco de cocina, la costra es una forma de preservar y resaltar el sabor natural de la carne, sin interferencias.

Pero esta experiencia no solo se limita al plato fuerte. Lo preceden unos langostinos de Veracruz que son un agasajo para el paladar, y una ensalada de la casa, compuesta con lechugas mixtas, betabel, morrón y huevo.


Cuando llega el Prime Rib a la mesa, también llega un puré de papa ligero y un plato de espinacas a la crema, que resultan un complemento espectacular. Luego del corte que se le da a la carne, esta es cubierta por sus propios jugos, obtenidos en su cocción lenta.


En una especie de epílogo, se sirve un taco de chicharrón Prime, una versión casual y bien pensada del corte, que resume la propuesta del lugar. Porque en Elly’s no hay solemnidad, hay mucho detalle para hacer de cada visita una gran experiencia.
Para quienes aún guardan espacio, el cheesecake de chongos zamoranos con cajeta de Celaya es un cierre que conecta con la memoria, sin necesidad de discursos.

En Elly’s, comer carne es un acto simple pero significativo. Aquí, el Prime Rib es más que un plato, es una forma de entender la cocina que se toma su tiempo, respeta los orígenes y apuesta por el sabor como hilo conductor de toda la experiencia.

Elly’s
Alejandro Dumas 4, Polanco, CDMX.